12 años más tarde encontramos a West preso en una vieja prisión olvidada. A pesar de su encarcelamiento, West ha seguido su investigación sobre reanimación utilizando ratas y ratones y los ha electrocutado con un aparato chapucero especial. West ha descubierto un un fenómeno eléctrico, el NPE, que el cerebro descarga al morir... y que puede ser la pieza que le falta en sus estudios: si se vuelve a inyectar neuroplasma en un cadáver reanimado, debería devolver al «individuo» a su «raciocinio» total.