Gracias a sus dibujos, Pons puede ver en color un mundo en blanco y negro. En las páginas de su libreta aparece constantemente David, su mejor amigo. Siempre divirtiéndose, jugando. Para Pons, David es sinónimo de alegría. Hasta hoy. Esta mañana Pons ha destrozado todos los dibujos. Está totalmente confundido, su referente se ha roto en mil pedazos: David ha cometido un crimen horrendo y absurdo.