En Muxía, costa da morte gallega, los percebeiros se juegan la vida día a día en acantilados e islotes, buscando el preciado marisco con el que sobrevivir. En Navidad es donde alcanzan la mitad de sus ingresos anuales, teniendo que enfrentarse a un mar tremendamente peligroso.
Un trabajo de personas que viven al límite, tanto económico, como vital. Un reflejo actual de la relación entre el hombre y el mar, el hombre y su entorno.